jueves, 26 de junio de 2014

Bilbao

El viernes pasado, mi chico y yo cogimos el coche y pasamos la noche en Bilbao. El motivo principal era salir un poco de Soria, cambiar de aires, pero también teníamos ganas de ver la exposición de Braque y muchísima curiosidad con la de Yoko Ono. Tengo que decir que ambas exposiciones son altamente recomendables. Personalmente, solo conocía al Braque cubista, y he descubierto una faceta del pintor que me ha gustado incluso más. La parte de Yoko Ono es otro mundo. Es muy divertida, cuenta con varias instalaciones en las que puedes participar y te permite ver el lado más alocado de la artista, y no ese por la que casi todos la conocemos, el de la causa de la separación de los Beatles (o eso cuenta la leyenda). Si hay alguien muy fan de los Beatles por aquí, esta exposición le interesará, pues en varias obras está presente John Lennon e incluso Paul Mccartney se dejaba ver por ahí.
Además de estas dos exposiciones, había una instalación audiovisual con 9 pantallas en las que se proyectaban unos vídeos sincronizados de varios músicos islandeses (entre ellos algunos de los componentes de Sigur Rós) que tocaban la misma canción y al final se unían en una misma pantalla. Creo que fue lo que más me gustó de todo el museo porque la gente de sentaba en el suelo de la sala y se iban moviendo siguiendo a los músicos por las pantallas, por lo que fue un momento de unión entre desconocidos que me resultó muy especial y me recordó a una instalación que había en el Pompidou de París bastante similar.
Era mi tercera vez en Bilbao y como es una ciudad en constante cambio, siempre parece un sitio nuevo.
A parte del Guggenheim, que para mí es una MARAVILLA, la arquitectura general de la ciudad me tiene completamente enamorada, tengo miles de fotos de los edificios, los balcones, las puertas...
Mi gran descubrimiento fue la Alhóndiga, que es un centro cultural que tiene biblioteca, gimnasio, piscina (es increíble, ya que forma parte del techo y el suelo es de cristal, por lo que ves a la gente nadando desde abajo), cafeterías, tiendas, sala de exposiciones, auditorio y hasta salas de cine, total, el sueño de cualquier enamorado del ocio y la cultura. El edificio es alucinante, como veréis en las fotos, y sus columnas de diferentes estilos son muy divertidas.
En general fue un viaje de esos que vas a recordar durante mucho tiempo porque son cortos y completos. Hablando con mi chico hemos llegado a la conclusión de que aunque nos encanta viajar, enseguida acabamos cansados del hotel, de no estar en nuestra casa, con nuestras cosas, por lo que estos viajes express en los que disfrutas de un museo, de la comida, de paseos por la ría, sin obligaciones ni presión por ver todo y patearte la ciudad como si no hubiera mañana, son los mejores.





 Mi especialidad es hacer el tonto.



 Sauron era el centinela de la Alhóndiga

 La piscina en el techo es simplemente espectacular.

 ¿Veis? No puedo parar.




En el viaje de vuelta a Soria decidimos parar en Elciego a ver la bodega del Marqués de Riscal, ya que al ser del mismo arquitecto que el Guggenheim, Frank Gehry, tenía muchas ganas de verlo. Sin proponerlo parece un viaje temático alrededor de este arquitecto.
Nos tomamos un vino en la terraza y disfrutamos de las vistas. Las visitas guiadas necesitaban de reserva y además seguro que eran carísimas, por lo que nos conformamos con entrar a la zona del hotel, lo que fue suficiente. 



A parte de hacer fotos, grabé un vídeo a modo de diario de viaje, por lo que esta semana haré otra entrada con el vídeo y podréis verlo. ¡Muchos besos!

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