viernes, 12 de septiembre de 2014

Sanabria

Después de haber terminado los exámenes (¡por fin!), he comenzado a organizar todos los archivos que tenía en el ordenador y en el disco duro externo (por que, podéis creerme, está todo patas arriba la verdad). Pasando por todas las carpetas, me di cuenta de que tenía unas fotos pendientes del lago de Sanabria que no había compartido con vosotros, así que aquí las tenéis. 
Tengo la suerte de que mi chico es de allí y tiene una casa familiar en uno de los pueblos que rodean al lago. Es una maravilla poder ir allí, relajarse, nadar entre las truchas y disfrutar de las vistas.
En este viaje hice pocas fotos, y las pocas que hice no me convencen mucho la verdad, así que he hecho una pequeña selección que me devuelve directamente a las aguas heladas del lago.
La primera vez que fui hace ya unos 3 años, recuerdo que fue horrible por que, y los que me conocéis lo sabéis, soy una tiquismiquis y lo paso fatal en lagos y ríos, pensando en los bichos que me rodean, pienso que los peces me van a comer o no sé, manías que tiene una. Total, que no disfruté nada pensando en los torbellinos, las algas y las truchas. Pero está vez ya venía preparada, me mentalice, respiré hondo y me metí en el lago como si fuera una sirena. Pero tenía un secreto, algo con lo que ya no podría vivir... ¡Unas cangrejeras! Sí, invento divino, nada puede resistirse si llevas unas cangrejeras y gafas de bucear, y la prueba un botón. Estoy deseando repetir.



Aquí estoy llevando mis cangrejeras y mostrando orgullosa mis pantorrillas.




Por la noche dimos un paseo y el cielo era espectacular, no hay nada como mirar a las estrellas fuera de las luces de la ciudad la verdad. Este fue mi intento de captar ese momento. Prometo mejorar. ¡Muchos besos!

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